Die Walküre

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Ópera
Festival de Ópera de Múnich

Compositor Richard Wagner. Poema sinfónico de Richard Wagner.

Recomendada a partir de 14 años.

En alemán. Con subtítulos en alemán e inglés. Nueva producción.

 

Richard Wagner escribió Die Walküre como la segunda de las cuatro partes del poderoso ciclo teatral El anillo del nibelungo, basado en el Cantar de los Nibelungos medieval y las antiguas sagas nórdicas. Wotan, el dios supremo, ha engendrado gemelos con una mortal – Siegmund y Sieglinde. Estos tienen un hijo en quien Wotan ve la consolidación de su poder. Pero su esposa Fricka se opone y, como defensora del matrimonio tradicional, exige la muerte de Siegmund. Wotan accede a regañadientes, aunque esto lo enfrente con su hija favorita.

Tras comenzar con Das Rheingold, donde mostró cómo los dioses recuperan su poder original, el director Tobias Kratzer y su equipo se centran ahora en el significado de “no tener refugio”, tanto en sentido literal (Siegmund, que debe huir sin casa ni techo) como en sentido metafórico (Wotan, que se siente cada vez más solo y perdido en la vastedad de la eternidad y el miedo cósmico). Según Kratzer, la obra plantea la pregunta de si “el amor puede ser la solución a este dilema” y si esa falta de refugio puede “resolverse o al menos olvidarse temporalmente con el amor”, o si más bien es la mayor de todas las autoilusiones.

 

Argumento

Acto I

Es importante entender que durante este acto, Wagner juega con los nombres e identidades de los personajes. La programación revela los nombres de algunos de los personajes, pero Wotan, Sigmundo (Siegmund, nombre que significa 'protector de la victoria o escudo') y Siglinda (Sieglinde, cuyo nombre significa 'victoria apacible') no revelan los suyos hasta la parte más tensa de este acto.

Durante una tormenta muy violenta en el bosque, Sigmundo busca refugio. Llega hasta una cabaña, donde encuentra a una mujer antes de caer desfallecido. Ésta reconforta a Sigmundo y le da de beber hidromiel, lo que le hace despertar de nuevo. Cuenta a Siglinda que huye de sus enemigos y que debe proseguir su camino. Siglinda le ruega que se quede, indicando que la casa en la que se encuentra es la de su esposo, Hunding.

Cuando Hunding regresa a su hogar piensa dos veces antes de ofrecerle posada a Sigmundo, aunque por tradición se ve obligado a dársela. Siglinda se siente cada vez más fascinada por el huésped y le pide que le cuente la historia de su vida. Sigmundo empieza a narrar que en un viaje a casa junto a su padre encontró a su madre muerta y que su hermana melliza había sido secuestrada. Luego viajó con su padre hasta que ambos tomaron distintos caminos. Un día Sigmundo se topó con una niña que estaba siendo obligada a casarse y luchó contra los parientes de la niña. Las armas de Sigmundo fueron dañadas y la niña murió, por lo cual tuvo que huir y buscar refugio en la casa de Hunding. En un inicio, Sigmundo no revela su nombre y se hace llamar Wehwalt (que en español se traduce como lleno de aflicciones o desgraciado).

Una vez Sigmundo termina su relato, Hunding revela que él es una de las personas que estaba persiguiendo al guerrero. Hunding permite que Sigmundo se quede una noche más, pero al amanecer deberán luchar uno contra otro. Hunding se retira con Siglinda, ignorando las preocupaciones de su esposa. Sigmundo lamenta su mala fortuna y recuerda la promesa que su padre le había hecho: que encontraría una espada cuando más la necesitara.

Siglinda regresa y revela que puso un tipo de droga en la bebida de Hunding para que se durmiera profundamente y luego revela que ella se había visto obligada a casarse con Hunding. Durante el banquete de bodas, un hombre de edad avanzada había aparecido y había ensartado una espada en el tronco de un fresno; ni Hunding ni sus compañeros habían podido sacar la espada del árbol. Siglinda revela su atracción por aquel héroe que pudiera sacar la espada y liberarla. Sigmundo expresa su amor por Siglinda y ella lo corresponde, y ella se esfuerza por comprender su reconocimiento de él, ella se da cuenta de que está en el eco de su propia voz, y el reflejo de su imagen, que ella ya conoce. Sigmundo revela que el nombre de su padre era Wälse, y ella le declara que él es Siegmundo, y que el Caminante le había dejado la espada a él.

Sigmundo ahora libera fácilmente la espada y ella le dice que es Siglinda, su hermana melliza. Éste nombra la espada Nothung (o "necesaria", pues es el arma que él necesita para su próxima lucha con Hunding). Mientras termina el acto, él la llama "esposa y hermana", y se la lleva con él en un apasionado fervor, huyendo de la casa de Hunding.

 

Acto II

Wotan se encuentra en una montaña rocosa con Brunilda, su hija valquiria. Wotan ordena que Brunilda proteja a Sigmundo cuando se enfrente a Hunding. Fricka, esposa de Wotan y diosa del matrimonio, aparece y demanda que Sigmundo y Siglinda sean castigados por cometer adulterio e incesto. Fricka sabe que Wotan, disfrazado como un mortal llamado Wälse, es el padre de Sigmundo y Siglinda. Wotan argumenta que necesita a un héroe libre (esto es, uno no gobernado por él) para llevar a cabo sus planes, pero Fricka lo contradice al decir que Sigmundo no es más que una criatura e inconsciente peón de Wotan. Éste, acorralado, promete a Fricka que Sigmundo morirá.

Fricka se retira y Brunilda se queda con su padre, ahora notablemente desesperado. Wotan narra sus problemas: Erda le había dado una advertencia a Wotan al final de El oro del Rin y éste había seducido a la diosa de la tierra (Erda) para poder averiguar más sobre dicha profecía. Brunilda nació de esta unión.

Wotan crio a Brunilda y otras ocho hijas como las valquirias, guerreras encargadas de recolectar las almas de los héroes caídos para poder formar un ejército para luchar contra Alberich. El ejército del Valhalla fallaría si Alberich llegase a apoderarse nuevamente del anillo, el cual se encuentra en las manos de Fafner. El gigante se convierte en un dragón utilizando el Tarnhelm y se queda en un bosque con el tesoro de los nibelungos. Wotan no puede quitarle el anillo a Fafner, ya que Wotan lo otorgó bajo una promesa y por lo tanto necesita a un héroe que derrote a Fafner en su nombre. Sin embargo, justo como dijo Fricka, Wotan solo podría crear esclavos para sí mismo. De mala gana, Wotan ordena a Brunilda que asesine a su amado hijo Sigmundo.

Habiendo huido de la casa de Hunding, Sigmundo y Siglinda se encuentran en un puerto de montaña, cuando Siglinda se desmaya por cansancio y remordimiento. Brunilda se acerca a Sigmundo y le habla de su próxima muerte. Sigmundo rehúsa seguir a la valquiria al Valhalla cuando descubre que Siglinda no podrá ir con él. Saca su espada y amenaza con matar tanto a Sieglinda como a sí mismo. Brunilda queda impresionada por la pasión de Sigmundo y decide proteger al guerrero en vez de matarlo, de manera que asegure su victoria sobre Hunding.

Hunding aparece y ataca a Sigmundo. La bendición de Brunilda da un poder extraordinario a Sigmundo que le permite dominar a Hunding, pero Wotan se presenta y destruye la espada Nothung con su lanza. Sigmundo se encuentra desarmado y Hunding acaba con la vida del guerrero. Brunilda huye, pero no sin antes llevarse a Siglinda y los restos de Nothung. Wotan ve con gran tristeza el cuerpo de su hijo, y Brunilda reúne los fragmentos de Nothung y huye a caballo con Siglinda. Wotan mata a Hunding con un gesto desdeñoso, y con ira persigue a su desobediente hija Brunilda.

 

Acto III

Las otras valquirias se reúnen al pie de la montaña, cada una con un héroe en su alforja. Las valquirias se sorprenden cuando Brunilda aparece con Sieglinda, una mujer que todavía está viva. Brunilda pide ayuda, pero sus hermanas no osan desafiar las órdenes de Wotan. Brunilda decide distraer a Wotan mientras Siglinda huye. También revela que Siglinda quedó embarazada de Sigmundo y nombra a su hijo Sigfrido (Siegfried, que significa alegría en la victoria o paz en la victoria).

Wotan aparece furioso y castiga a Brunilda: su hija deja de ser una valquiria y se ve despojada de su inmortalidad; además, la condena a que duerma un sueño mágico cerca de la montaña y sea presa fácil para cualquier hombre que pase por ahí. Las demás valquirias temen por sus propios destinos y huyen. Brunilda pide misericordia a Wotan para ella misma, su hija favorita. Ella relata el valor de Sigmundo y su decisión de protegerlo, sabiendo que ese era el verdadero deseo de Wotan. Con las palabras Der diese Liebe mir ins Herz gehaucht ("Él que instiló este amor en mi"), introduciendo la tonalidad de mi mayor, ella identifica sus acciones con el verdadero deseo de Wotan. Wotan le concede su última petición: rodear la cumbre de la montaña con una llama mágica, que la protegerá de todos menos del guerrero más valiente (que, según se le revela a través del leitmotif, ambos saben que será Sigfrido aún no nacido). Wotan pone a Brunilda sobre una roca y, en un largo abrazo, besa sus ojos cerrados sometiéndola a un estado profundo de sueño. Wotan llama a Loge (el semidiós nórdico del fuego), para que cree la llama que protegerá a Brunilda. Despojado de dos de sus hijos, Wotan se retira lentamente con una gran tristeza, después de decir: "Cualquiera que tenga miedo de la punta de mi lanza no pasará a través del fuego." Cae el telón al tiempo que la música del fuego mágico de nuevo se expresa en Mi mayor.

Programa y reparto

Director de orquesta: Vladimir Jurowski
Dirección escénica: Tobias Kratzer
Asistente de producción: Matthias Piro
Escenógrafo: Rainer Sellmaier
Iluminación: Michael Bauer
Video: Manuel Braun, Jonas Dahl, Janic Bebi
Dramaturgia: Olaf Roth, Bettina Bartz

Siegmund: Joachim Bäckström
Hunding: Ain Anger
Wotan: Nicholas Brownlee
Sieglinde: Irene Roberts
Brünnhilde: Miina-Liisa Värelä
Fricka: Ekaterina Gubanova
Helmwige: Dorothea Herbert
Gerhilde: Julie Adams
Ortlinde: Elene Gvritishvili
Waltraute: Claudia Mahnke
Siegrune: Niina Keitel
Roßweiße: Christina Bock
Grimgerde: Natalie Lewis
Schwertleite: Noa Beinart

Bayerisches Staatsorchester

Teatro Nacional de Múnich

El Teatro Nacional o Nationaltheater München en la plaza Max-Joseph en Múnich es un teatro de ópera y sede de la Bayerische Staatsoper u Ópera Estatal de Baviera bordeando la Maximilian Strasse.

La Ópera Estatal Bávara también ofrece representaciones en el Prinzregenten Theater (un teatro construido a principios del siglo XX y que no es muy diferente del teatro del Festival de Bayreuth construido conforme a las indicaciones de Richard Wagner) y el Teatro de Cuvilliés, (construido en los años 1750 y descrito por Beauvert como "una gema rococó").

Después de que el primer teatro, encargado por el rey Maximiliano I de Baviera y diseñado por Karl von Fischer, que se inauguró en 1818 con "Die Weihe" de Ferdinand Fränzl, fuese destruido por el fuego en 1823, se reconstruyó y reinauguró en 1825. Este segundo teatro, diseñado por Leo von Klenze, incorporó rasgos neogriegos como puede verse en su pórtico.

 

El Nationaltheater es muy fácil llegar a tanto en coche como en transporte público MVV. 

 

Por MVV transporte público 

S-Bahn: S 1-8 Marienplatz 
U-Bahn: U 3, 6 Marienplatz, U 3-6 odeonsplatz 
Bus: 52, 131 Marienplatz, 100 odeonsplatz 
Straßenbahn: 19 Nationaltheater 

En el día de la función, los tenedores de boletos regulares tienen derecho a utilizar el transporte público prestado por el Münchner Verkehrsverbund (MVV). Este servicio comienza a las 15:00 respectivamente tres horas antes de la ejecución comienza y termina con la hora de cierre de la MVV. 

 

En coche 

Tome la Altstadt-Ring a Maximilianstrasse. 

Parking garaje Max-Joseph-Platz: abierto de lunes a domingo de 6:00 am a 02 a.m. 

Usted puede tomar ventaja de la tarifa de aparcamiento teatro especial de 10 euros, - de 6:00 pm a 08 a.m. mediante la presentación de sus boletos de entrada.

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